miércoles, 15 de julio de 2009

Muerte de una lágrima


Para los humanos es fácil: podemos llorar. La pregunta que me hago es...¿Qué le sucede a una lágrima cuando sabe que alguien está a punto de derramarla?
Parece una tontería, pero nosotros soltamos lágrimas cuando estamos felices y cuando sentimos dolor. En ningún momento pensamos, ni por un segundo, qué será de la vida de aquella que vivía en el mundo de las lágrimas, y fue sentenciada a morir en el Planeta Tierra, sola y lejos del mar que la hacía sentirse fuerte.
Cuando una persona llora, una lágrima muere. Los sentimientos son los peores enemigos de esas pequeñas gotitas que se pegan por la piel, esperando no ser consumidas. Ellas sí que mueren de la peor manera porque...a veces salen sin un motivo justo.
Cada vez que reconocemos un sentimiento muere una lágrima, ¿acaso no podemos llamar a eso egoísmo?...Puede que sí. Un desahogo de un humano es el motivo que deshidrata a ese cuerpo que se extiende y luego se extingue.
¿Alguien llora su muerte?...No lo sé. Pero supongo que nadie las valora porque, si tal cosa sucediera, lloraríamos menos para evitar que ellas mueran.
Un mundo sin lágrimas sería más o menos como la manzana sin la existencia previa de Adán y Eva. Un elemento existencial, una necesidad importantísima, que requiere de mayores cuidados. La humanidad sin lágrimas no sería humanidad. ¿Cómo soltar eso que tenemos contenido si las lágrimas no existieran?
Por eso propongo no derramar lágrimas en vano, para que puedan seguir vivas, en el mar de las gotitas que llevamos en nuestros ojos. Lloremos sólo cuando realmente valga la pena, para que la humanidad no se pierda la sensación de ver correr por sus rostros esa diminuta cascada que cae y hace madurar un sentimiento, porque cuando muere una lágrima es porque brota un sentimiento.
Esa es la idea, llorar por lo que vale la pena, fortalecernos día a día y afrontar los obstáculos de la vida sin que nos venza ese sentimiento pronto a madurar, de querer tirarlo todo y romper en llanto.
Seamos fuertes, para que una lágrima más pueda nadar en el mar de las gotitas!

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