viernes, 25 de septiembre de 2009

Me puse a escribir...


Y se me cruzaron muchas palabras. Una, dos, tres, cuatro, veinte, cien, mil, tres millones. Arco iris, copos de nieve, tardes soleadas, estrellas de día, hojas de un árbol. Más tarde...Una vaca en la heladera, un pollo en formato de huevo frito (más conocido como "el pollo que no fue"), una aguja en un pajar y un loco que le pega a la oscuridad mientras que la ciudad no para de agotarse y reponerse, y luego volverse a agotar. Minutos después...Una canción en una película dentro de un libro, dentro de un maletín, dentro de un colectivo que maneja el loco que le pega a la oscuridad en aquella ciudad que no se cansa de cansarse.

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