Mirando aquella estrella fue que me di cuenta de que el
cielo estaba lejos.
Sintiendo ese agua fría, noté que tenía manos.
Observando un par de ojos me enteré de mis sentimientos.
Pero no encuentro todavía la forma de
imaginarme inmaterial,
de dejar de pensar en la existencia y todo aquello que la prueba,
de poder entender que ser invisible es la consigna,
porque si somos invisibles, somos todos
iguales.
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