¡Tengo una idea!

Pasadas las cinco de la tarde, notó que seguía acostada. También se dio cuenta de que llevaba más de tres días ahí, sin poder pegar un ojo. "Tengo una idea", pensó. Se levantó y mientras arrastraba su asqueroso cuero sobre el piso de madera vieja y reseca, notó que la idea comenzó a deslizarse por su pelaje amarillento y graso.
Quiso alcanzarla pero ya estaba lejos. Pensó, pensó y pensó...como tratando de recordar qué planes tenía para sí esa idea que huyó despavorida tras notar que iba a ser usada. Usada como un trapo, como un par de zapatillas, como un cepillo de dientes. Usada y tirada como quien se desentiende de cualquier cosa.
Corrió hasta el baño para ver si estaba ahí. Pero no.
La ventana, que por encima de la ducha dejaba verse, todavía mantenía ese movimiento que revelaba que alguien acababa de escaparse.
Prendió la luz y miró al espejo.
Ahí encontró un mensaje escrito con sangre:
"LAS IDEAS NO SE USAN, LAS IDEAS NO SE TIRAN, LAS IDEAS NO SE MANCHAN. LAS IDEAS SE SOSTIENEN Y DEFIENDEN. ME VOY, COBARDE, TRES DÍAS EN TU CABEZA Y TE OLVIDASTE DE TODO. AHORA DORMÍ EN PAZ, TOTAL YA NO SABÉS LO QUE TENÍAS EN MENTE".