jueves, 2 de septiembre de 2010

Nadie sabe su nombre: El hombre de la estación

El hombre de la estación no tiene color. Entre su barba incipiente descansa la última noche en la que sintió calor y se despierta cada mañana en la que siente soledad. El hombre de la estación carece de sentimientos conocidos, porque sólo el que vive como él puede saber lo que le espera al abrir su corazón. Pero el tipo cree que nadie lo mira. Siente que nadie lo mira. Sueña que nadie lo mira. Lo que no sabe el hombre de la estación es que lleva todos los días una campera azul gastada, unos zapatos cansados de caminar y una expresión que el paso del tiempo se olvidó en su rostro, como si en realidad hubiese querido perderla allí. El hombre de la estación no sabe que todos los hombres de la estación creen saber de él lo que realmente no es. Los hombres de la estación solo saben que EL hombre es más que su campera gastada, por eso les asusta mirarlo. Es la pesadilla de ellos mismos. Pero el hombre no lo sabe, porque nunca experimentó eso que todos llaman "miedo".


2 comentarios:

  1. Eco era una de las ninfas que cuidaban de la naturaleza. Por un castigo divino, estuvo condenada a repetir solo las últimas palabras que escuchaba.
    Creo, en este momento, que podemos evocarla para repetir estas últimas palabras:

    "El hombre de la estación no sabe que todos los hombres de la estación creen saber de él lo que realmente no es. Los hombres de la estación solo saben que EL hombre es más que su campera gastada, por eso les asusta mirarlo. Es la pesadilla de ellos mismos. Pero el hombre no lo sabe, porque nunca experimentó eso que todos llaman "miedo".

    Eco nos hará recordar siempre esas palabras.

    Un saludo.

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  2. Gracias, Cronopio. Justamente, lo que ven los hombres de la estación es lo último (o lo primero, depende cómo se mire)de cada ser, temen a lo que no quieren ser o llegar. Pero nunca ven la historia.

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