martes, 20 de marzo de 2012

FiGuRaCiÓn

Se fueron todos. No quedó ninguno. Se fueron todos y no dieron explicaciones. Se fueron todos y nadie que supere los 20 años y no tenga hijos los recuerda con cariño. Caminan por ahí, regalando ideales que nadie quiere recibir. Me contaron que ya no están, que en algún lugar los vieron. Me contaron que no saben ni sus nombres, que no existen, que mintieron, que en realidad nunca fueron. No sé si fueron los que lloran, tampoco sé si hoy viven los que matan ilusiones, no entiendo sus razones, ni siquiera sus miradas. Sólo sé de sus formas, de sus colores, de sus bardos por las noches, del pasto y de la nieve. No sé si es verdad eso de la chimenea, a decir verdad nunca tuve una. Se me mojaron las zapatillas mil veces, me acosté temprano para evitar que me vean y sientan miedo, me comí la del traje rojo, la nariz roja del reno y el gorro rojo del maldito panzón. Santa, Papá Noel, ¡no sé cómo mierda se llamará por estos tiempos!. Y ustedes, los tres tipos de ropa colorida, no jodan más en mis sueños, son ridículos y es absurdo que me sigan entregando regalos por correspondencia y tarjetas por e-mail. Por favor, no me jodan, ya estoy grande y la 2.0 no es el lugar adecuado. Si desaparecen para siempre, le harán un favor a los niños, si dejo de soñarlos...me hacen un favor a mí.


                                                            *Desahogo en respuesta a un sueño con personajes futuristas*

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