jueves, 25 de octubre de 2012

Despedida

Algún día el sol se posará sobre mis hombros en la lejanía y me acariciarás en la soledad de algún cuarto en el que ya no esté. Ese día, apresurado por ser noche, me llevará en sus alas y me dejará allá, allá bien lejos donde no existe el destino.
Me va a recibir un hombre gigante. Me va a dar un pase de entrada a no sé dónde. Abrirá algún libro, me enseñará a pensar sin tiempo, a actuar sin guiones, a vivir sin equipaje. Allá, bien a lo lejos. Desde allá te voy a ver mientras acariciás ese cuerpo en la soledad de algún cuarto en el que ya no esté.

4 comentarios:

  1. Yo digo que me gusta. Y que aunque quiere ser triste, no lo es. Es más bien de añoranza anticipada. Te quiero, Lau.

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  2. Y sí. No se trata de la tristeza sino de un cambio de estado. El vivir sin tiempo hace que las cosas pasen siempre o no pasen nunca. Todo depende de cómo se mire. También te quiero.

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