Con mis manos armé una bandera que llevaba tu perfume, la aferré a mi piel y te sentí cerca. Hice de tus suspiros mi viento y entonces nunca más volví a ahogarme. Con tu voz construí un camino que me guió hacia lo más lindo. Por mis lágrimas y por vos construí un puente para cuando necesites cruzar. Un día dejé de esperarte, otro día creí que te había olvidado. Un día volví a verte. Pensé que no todo estaba perdido, excepto yo.
Texto: Laura Cabrera.
Fotografía: Google.
Vos no estás perdida, che. El mundo lo está.
ResponderEliminar